Schaeffler experience
Está atardeciendo. Lo veo desde la ventanilla del avión. Estoy cansado pero el zumbido constante de la turbina y algún que otro pasajero que habla más alto de la cuenta no me dejan dormir. De repente, se oye un estruendo. Me pongo tenso. Miro al suelo y veo que solo es una maleta que se ha caído. Me vuelvo a acurrucar en mi asiento y tengo suerte porque parece que los pasajeros ruidosos han decidido darme una tregua.
Estoy a punto de cerrar los ojos pero la maleta que ha caído al suelo ha hecho que me acuerde de la visita de hoy, del incesante golpeteo de la prensa gigante que hemos visto en la fábrica de Schaeffler. Los tochos que estaban al rojo vivo no tenían nada que hacer contra las 2500 toneladas de la prensa. A cada golpe que les propinaba, estos se encogían.
Y así, una y otra vez hasta conseguir la dimensión adecuada. Puede que de alguno de esos tochos que habíamos visto esa mañana, salgan los rodamientos que vayamos a llevar en las reductoras del coche. Ahora me encuentro recorriendo las instalaciones de Schaeffler con la mente, siguiendo el camino que haría un rodamiento. Cada vez que se me cierran los ojos estoy en una estancia nueva y veo como poco a poco el rodamiento va cogiendo forma. La pista exterior, la pista interior, las bolas... Queda lo más importante. El ensamblaje. Una maquina hace de nexo de todas las piezas y con una destreza envidiable, coloca cada una en su sitio. El resultado: un rodamiento. Lo único que se me ocurre para describir todo esto: Ingeniería en mayúsculas. Tengo claro que la siguiente vez que lleguen los rodamientos al taller, no los veré de la misma forma.
It’s getting dark. I can see it through the plane window. I’m knackered but the constant buzz of the turbine and a few loud passengers don’t let me sleep. Suddenly, something bangs the floor. I look down the floor and I see that some luggage has fallen down. I curl up in my seat and I am lucky enough that the noisy passengers have given me a break.
I am about to fall asleep but the luggage on the floor has reminded me of the tour we have had today, of the continuous banging of the giant press we have seen at Schaeffler’s facilities. The glowing billets had nothing to do against the 2500 tonnes press. The glowing billets would shorten each time they were pressed until they had the right dimension.
Maybe the bearings that we will use in our gearbox will come out of those billets. Now, I’m touring Schaeffler facilities with my mind, following the path a bearing would make. Each time I close my eyes, I am in a new room and I can state now that the bearing starts to look like a bearing. The outer ring, the inner ring, the balls etc. The most important is pending. The assembly. A machine which is the bond of all the pieces, places each component in the right position with an incredible ability. The outcome: A bearing. The only thinh I can think of to describe all this: State-of-the-art engineering. I have no doubt that next time we get bearings, they will look different to me.